LAS VACAS SAGRADAS Y SUS CHACRAS
Ing. Miguel Guzmán Yupanqui
mguzpan@yahoo.com.mxVeía una película
[I] ambientada en la España Franquista, en la que tres personajes (dos militares y un clérigo) comienzan una disertación si al Caudillo
[II] le deberían dar el Cardenalato por ser el defensor de la Fe Cristiana en el Reino, los argumentos de cada uno mas descabellado que el otro, los lleva hasta disfrazar de Cardenal a un doble y llevarlo ante la presencia del mismísimo Caudillo, quien solo pregunto por el escalafón de la iglesia: si tenían contemplado que un laico pudiera ser nombrado Papa por que el color blanco le era mas favorable que el púrpura
Conversaba con mi amiga Susana Fernández
[III] sobre el tema puesto que vino a cuenta a ser un tema fundamental de nuestra vida social: me refiero al culto a las vacas sagradas, quizá una de las peores lacras espirituales de la civilización hispánica.
Y pensé antes uno hablaba de la época de las vacas flacas y de la época de las vacas gordas. Una veces de para arriba, otras veces de para abajo. En este milenio nos han complicado las cosas con otras adicionales, a saber: la de las vacas locas y de las vacas babosas. Esto sin contar con las vacas sagradas y sus dos sub grupos, las vacas sagradas hindúes y las vacas sagradas hispanas.
Las famosas ‘vacas sagradas’ son ese peculiar grupo de personas (porque hay en todos lados), que se caracterizan por su prepotencia y abuso de poder, intimidante y poco colaborador. Personas que sin importar su formación o nivel jerárquico dentro de una institución o en la sociedad gozan por sus vínculos familiares y/o políticos de privilegios y de poder decisión, que les permite apoyar en forma invisible por convicción, suposición los cambios o impiden y/o inhiben responder a las nuevas oportunidades de la organización a fin de mantener su status quo.
Este grupo se reconoce a ciegas no solo por el temor que infunden -y quiero recalcar que es temor y no respeto-, sino también por el poder del cual abusan, que generalmente es mucho. El profesional ‘vaca sagrada’ cree que todo lo sabe, todo lo puede y que en verdad es un ser superior. Esta santísima trinidad de creencias, aunada a las buenas relaciones que generalmente sostiene con otros de su especie, son su aporte para solventar su arrogancia y ocultar, quizás, uno que otro complejo que lo invade y no le permite comportarse como los que es: un simple mortal.
Parte de la culpa de la existencia de estos seres es de nosotros mismos, pues podríamos afirmar que los mitificamos y los creamos con sus altares. Les entregamos auras de poder fabricadas por nosotros y nuestros temores, para luego convertirnos en esclavos de ellos y de su dinero, quien sabe esperando que favores. De esta especie de sobones y ayayeros
[IV] hablaremos en otra ocasión.
Otra característica de la ‘vaca sagrada’ es la individualidad. Solo ella existe, es la más linda del potrero, la mejor, la más amada y envidiada por todas. Cada institución tiene un representante de esta especie, las hay muchas y de diversas características, dando origen a razas y linajes especiales, con hijos y terneritos que perpetúan y perpetuarán mientras lo permitamos la estirpe
[V]. Todos igual de egocéntricos, no ven más allá de sus narices o sus bolsillos. Lo que nunca entenderé del todo es como se llega a ser o hacer ‘vaca sagrada’, y como permitimos aún la adoración a estas criaturas.
No quiero parecer una anarquista resentido por eso pregunto:
¿Cual es el método más eficaz que nos permita convertirnos en una vaca sagrada con riqueza y reconocimiento social en el mundo hispano?
Primero olvídense del currículo, de las maestrías y aun de los enchufes
[VI]. Nada de adquirir una buena preparación profesional. Nadie les va a ofrecer trabajo por eso.
Antes bien: llamad la atención, tocad el bombo con fuerza, conviértanse en vacas sagradas y haced que la gente se acostumbre a mirarlos y a escucharlos, entonces lo habrás conseguido: Te lloverán del cielo los clientes, las ofertas de empleo y los ayayeros (la mejor propaganda si se sabe utilizar).
También habrás adquirido poder. Por ejemplo si eres candidato ya famoso, gracias a tus ataques a un gobierno anterior, en cuya demolición se da por supuesto que jugaste un papel importante, te darán la Presidencia. Ya no tendréis que limitarte a informar tus proyectos y programas, sino que podréis crear también la agenda política, juzgar lo que está bien y lo que esta mal, serás el nuevo Caudillo y pero eso si debes en cuando no te olvides de tirarle las orejas a los ayayeros de tu Gobierno.
Por otra parte el “Vacasagradismo” no es un fenómeno exclusivamente hispano, con citar a Mónica Lewinsky creo que no hace falta decir más. Se ajusta exactamente al fenómeno citado: una mujer gris, que no conocía a nadie, de la noche a la mañana se convierte vedette internacional, famosa, rica (hasta hace películas, concede entrevistas y escribe libros que pagan a precio de oro) y todo por “tirarse” a un presidente (eso sí, nada menos que al de EE.UU.) y tener la precaución de guardar celosamente en un armario “la prueba del delito” (una de ellas).
[I] Titulo: Esperame En El Cielo, producción española dirigida por Antonio Mercero, sobre un modesto comerciante que es convertido en doble del dictador Francisco Franco al estilo prisionero de Zenda.
[II] El General Francisco Franco Bahamonde gobernó mas de 40 años España, durante este periodo los adulones le denominaron Generalísimo y Caudillo este ultimo con la finalidad de compararlo con el mítico Rodrigo Díaz de Vivar Cid Campeador que libero la península Ibérica de los Reinos Musulmanes mientras que Franco libero a España de los Rojos.
[III] Periodista con una amplia experiencia en crónicas judiciales e imagen institucional.
[IV] Personajes adulones que carecen de escrúpulos ante jefes con la finalidad de obtener prebendas personales.
[V] Muy común entre políticos, profesionales, artistas por ejemplo tenemos los formados por las familias de Julio Iglesias, de Anastasio Somoza existe en el ser humano una tendencia a querer perdurar en el tiempo a través de sus descendientes, voltee y verifique si alguno de sus compañeros o superiores pertenece a un clan familiar que se han enquistado en su institución.
[VI] Redes de contacto, recomendaciones, carnet de partido, asociaciones universitarias o sociales.
