viernes, 22 de octubre de 2010

La enfermedad holandesa


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La enfermedad holandesa


Por: Jaime De Althaus Guarderas

Publicado edicion impreso de El Comercio
Viernes 22 de Octubre del 2010



Hasta antes de la crisis financiera global, nuestras exportaciones no tradicionales venían creciendo, en volumen, a tasas superiores a las tradicionales. Nos encaminábamos paulatinamente a una estructura de exportaciones más diversificada y elaborada, de mayor valor agregado, menos dependiente de las materias primas o commodities. Pasado el primer golpe de la crisis financiera, las exportaciones no tradicionales están recuperando el ritmo de crecimiento, pero no todas. Entre enero y agosto de este año han crecido en 19% en comparación al mismo período del año pasado, pero las de confecciones han caído en –2,9%, respecto de un año en el que ya habían caído abismalmente. Y las confecciones eran el portaestandarte de las exportaciones no tradicionales, las que más valor agregaban y traían y –junto con las agrícolas no tradicionales– las que más empleo generaban.

¿Qué pasó? Pues que su principal mercado era el estadounidense –y el venezolano–. Ambos se cayeron, el venezolano, al parecer, para siempre, y el estadounidense se viene recuperando pero no alcanza aún los niveles anteriores a la crisis. La industria está tratando de reorientarse hacia nuevos destinos, principalmente hacia países de América Latina. Pero la cosa va más allá. Tal parece que la tendencia es hacia la devaluación del dólar y una apreciación creciente del sol, que será alimentada, además, por unas exportaciones de minerales cada vez mayores y a mejores precios. Corremos el riesgo de contraer la llamada “enfermedad holandesa”, que significa que la competitividad de nuestras exportaciones no tradicionales, y de la industria en general, se ahogará en el mar de dólares que traerá la minería. Sería lamentable, porque la tendencia hacia unas exportaciones más tecnologizadas empezaría a revertirse y nos quedaríamos atrapados en el papel primitivo de exportadores de materias primas.

¿Qué hacer? Ricardo Lago propone producir un superávit fiscal alto con los ingresos tributarios derivados de los sobreprecios de los minerales, y crear con ese superávit un fondo soberano de riqueza al estilo noruego que se invierta fuera. De esa manera, al retirar dólares de la economía, combatimos la apreciación del sol. Aquí la pregunta es cómo financiamos entonces la construcción de la infraestructura, en la que estamos atrasados y que también es necesaria para mejorar la competitividad, si el superávit se hace a costa de la inversión pública.

Debería encargarse a un equipo de los mejores economistas y tecnólogos del país que analice el tema y proponga soluciones. Pues el Perú tiene que pasar a una nueva etapa de desarrollo, basada más en la tecnología, la innovación, el conocimiento y la transformación creciente de nuestros recursos. Ahora, que no estamos en crisis, podemos darnos el lujo de pensar el futuro.

 
 
Notas.- El artioulo es bueno pero no precisa que el actual Servicio Civil del Perú  se encuentra disminuido y desmotivado por una incoherente politica salarial que impide el desarrollo profesional y personal de sus integrantes, que ademas propicia la corrupcion generalizada, por ejemplo el sueldo de un gerente  que maneja  un presupuesto de 1000 millones de soles  no gana mas que 15 mil soles y sus subalternos profesionales no llegan a los 3 mil soles, es en este contexto que cuando se va otorgar un contrato de varios millones de soles  no es inusual que se hable que existe cabildeo para la obtencion de la buena pro.
 
Saludos.
 
Ing. Miguel Guzman Yupanqui

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