domingo, 3 de julio de 2011

Oda a la austeridad y la eficiencia


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MARIO AVELLANEDA / MADRID
Día 03/07/2011 - 18.29h
 
Cuatro especialistas se reunieron hoy en el Campus Faes para explicar la importancia de que un Gobierno haga de la buena gestión de los recursos públicos su seña de identidad.
 
Eficiencia, eficacia y austeridad en el gasto público son tres conceptos que en las últimas semanas han cobrado más relevancia que nunca gracias al despilfarro del actual Gobierno y que Julio Gómez Pomar, director del Centro de Innovación del Sector Público PwC / IE Business School, cree que se deben convertir en la seña de identidad del Partido Popular.
La última sesión del primer curso del Campus Faes, centrado en la economía, tuvo también como invitados – además de Gómez Pomar – a Percival Manglano, consejero de Economía y Hacienda de la Comunidad de Madrid, Mario Garcés, interventor y auditor del Estado e inspector de Hacienda y Antonio Núñez, director de programas del Instituto de Estudios Superiores de la Empresa (IESE).
Manglano defendió aplicar una política de “déficit cero” y recordó que la Comunidad de Madrid siempre ha cumplido con la estabilidad presupuestaria gracias a la gestión de la presidenta de la comunidad, Esperanza Aguirre. “Toda política debe ser juzgada por sus resultados, no por sus intenciones”, afirmó Manglano. Apostó por incrementar la colaboración público-privada que permite mayor austeridad y por tanto, bajar los impuestos, lograr el equilibrio y conseguir que las empresas creen riqueza y puestos de trabajo.

«Patología de contagio instrumental»

Por su parte, Mario Garcés, hizo una dura crítica al exceso de “entidades públicas en nuestro país”. “En los últimos cinco años se ha creado una entidad pública cada día” lo que ha dado lugar a “malformaciones administrativas” que son el verdadero problema de la gestión pública.
Aunque Garcés no hizo referencia directa a la centralización, sí aseguró que “no está demostrado” desde ningún punto de vista de la eficiencia administrativa que “los entes desconcentrados hayan aportado mayor valor agregado al sistema de gestión pública”. Habló de una “patología de contagio instrumental” en la que las comunidades autonómicas se han dedicado a imitar a sus vecinas en la creación de entidades públicas, creando un “proceso perverso de competitividad”. Todo esto, no obstante, ha sido posible gracias a un gobierno que ha pensado que “durante etapas de crecimiento podemos crear la malla administrativa que me de la gana y luego...ya veremos”, sentenció Garcés.

Tres herramientas para la eficiencia

Julio Gómez Pomar, que suscribió las palabras de Garcés y de Manglano, dio tres herramientas básicas para lograr una mejor gestión de los recursos públicos: techo del gasto, evaluación de las políticas públicas y volver a una sana financiación de los entes públicos. Además dijo que una buena administración es aquella que reconoce las necesidades de la sociedad y es capaz de fijarlas en objetivos relevantes para satisfacerlas. La “seña de identidad” de la administración debe ser, según Gómez Pomar, la eficacia de la gestión dentro del contexto de austeridad, ahorro y de mirar los recursos de una manera muy eficaz.
Por último Antonio Núñez destacó la necesidad de una buena gestión de los recursos “en un país como el nuestro donde más del 50% del PIB está en manos de la administración pública”. “La fiesta ha terminado” y la sociedad pide un uso más eficiente de los recursos de todos. Los entes públicos deben “ver qué proyectos tienen sentido, qué proyectos no tienen sentido, y qué proyectos hay que hacer de una forma distinta”, solo así España puede alcanzar esa competitividad que necesita para salir adelante, concluyó.

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