viernes, 10 de abril de 2009

ES INJUSTO

Es injusto
Por: Jaime de Althaus Guarderas

Fujimori es culpable de haber disuelto el Congreso, sojuzgado las instituciones incluso después de toda emergencia a fin de perpetuarse en el poder creando, de paso, las condiciones para el robo impune; es culpable de haber sobornado y chantajeado a los dueños de los canales de televisión y de muchos periódicos para el mismo fin; de haber comprado parlamentarios; de haber dominado salas claves del Poder Judicial para extorsionar empresarios y enemigos, etc. Fujimori es culpable de haber manipulado y aplastado el Estado de derecho.

Pero en el tema de los derechos humanos, Fujimori humanizó la lucha contra el terrorismo. Lo derrotó con una estrategia basada precisamente en el respeto a los derechos humanos. En lugar de balas, las comunidades campesinas empezaron a recibir alimentos, tractores e incluso armas. Cesaron los arrasamientos, las matanzas indiscriminadas. Y las propias comunidades se encargaron entonces de delatar, capturar y perseguir a los senderistas. Así se ganó la guerra, con un acto de empoderamiento social inédito en un país que siempre despreció a la población indígena. El propio traslado de los juicios a los tribunales militares fue un avance humanitario en ese momento puesto que los senderistas capturados dejaron de ser ejecutados extrajudicialmente. La Dincote recibió mucho más presupuesto y se equipó y potenció por diez. Por eso casi toda la dirigencia senderista y emerretista fue capturada y procesada, no ejecutada. Un ejemplo en el ámbito mundial.

Por eso es que es injusto —esa es la palabra exacta— el solo hecho de que a Fujimori se le haya procesado por derechos humanos, para no hablar de la excesiva pena que ha recibido. Salvo que se pudiera efectivamente demostrar lo que dice la sentencia (Parte II, 244), que: “Está probado que el acusado estructuró y ejecutó una estrategia político-militar paralela a la que pregonaba públicamente cuyo objetivo era la eliminación de los terroristas…”. Pero si el lector busca en ese mismo capítulo o en el capítulo XV (“La intervención de Alberto Fujimori Fujimori”) las pruebas a las que se alude, no encontrará nada. Por eso se ha acudido a la teoría del dominio del hecho, que consiste en un silogismo: si Fujimori concentró poderes en Montesinos, y si Montesinos desarrolló una estrategia de guerra sucia instrumentada por el grupo Colina, entonces Fujimori es autor mediato de los crímenes cometidos por ese grupo. Pero se necesitaría algo más que un razonamiento deductivo, que en última instancia es una presunción, para privar de su libertad a nadie por muchos años. Si no órdenes escritas, cuando menos una firma en alguna directiva general o algún testigo de una reunión en la que Fujimori haya autorizado las matanzas o aprobado la creación del grupo Colina o siquiera de la mencionada política. Sobre todo considerando que la estrategia que sí desarrollaba y fue exitosa era otra. Pero el lector puede verificar, leyendo esos capítulos (www.pj.gob.pe), que esas pruebas no existen.

PUBLICADO:
http://www.elcomercio.com.pe/impresa/notas/injusto/20090410/271511

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